A
medida que me voy leyendo las diferentes secciones del blog, más me gusta y me
anima a compartir con vosotros comentarios sobre las diferentes secciones
existentes.
Pero
no temáis, que no escribiré sobre “El cine del Preparatorio”, o“El cine del
bachiller Elemental” o del Bachiller Superior etc…, ya que la página da mucho
juego. Quizás, eso si, podría escribir sobre “El cine de cuando salimos del
Ramiro” comparando de este modo la evolución habida en el cine que se veía al
entrar y luego al salir.
Me
encanta el cine y la música, por eso el género musical es uno de los que más me
gusta.
Yo
soy de los que me gusta o me aburre una película, no alcanzo para más. Me gusta
el musical, la comedia (incluso las de Doris Day), la Marilyn, las de
aventuras, etc.., es decir casi todo. Y me aburren, por ejemplo, las de Sofia
Coppola (“Lost in traslation”, “Somewhere”,…), por muy buenas críticas que
tengan.
Como
en un pueblo es difícil ir al cine (has de buscarlo a más de 25 Km), me he
nutrido de lo que veo en la tele y me hice suscriptor de la revista Fotogramas
desde hace unos 15 años con el fin de que a ver si ahí me contaban de que iban
algunas películas interesantes y luego intentar verlas.
Pero
la realidad es que, muchas de las críticas de la revista, son para mi como un
libro de texto, hablando con un lenguaje para entendidos y quedándome con las
ganas de saber de que va la película. Menos mal que hoy, con internet, tenemos
una gran facilidad para encontrar datos sobre cualquier película y los que más
sabéis incluso sois capaces de incluir en vuestros comentarios trailers de
cualquier película, pero yo me limito a eso de lo que me gusta, sin más.
Bueno,
pero esto no es el tema que quiero compartiros. El asunto era tratar sobre el
cine de 1.952, año en el que entré en el Ramiro y para ello buscando en
internet, encuentro los títulos de entonces y recuerdo que muchas de esas
películas fueron las que nos ponían los sábado por la tarde en el instituto.
Por
entonces, entre la chavalería, triunfaba un género cinematográfico que poco
menos que se extinguió ya que no se hacen ya películas de este estilo. Me
refiero a las películas “de espadachines”
¿lo recordais?. Películas que pueden ver nuestro nietos pequeños sin
peligro de que salgan escenas de cama, ni desnudos, ni palabrotas o cuestiones
parecidas, vamos que pueden verlas en vez de estar siempre con los dibujos y
“cantajuegos”.
¿Os
acordáis de “Scaramouche” de Stewart Granger y esa despampanante pelirroja,
Eleanor Parker? ¿o de “El Prisionero de Zenda”? películas de gran colorido y
acción, sin muchas complicaciones, ¿o “Ivanhoe”, con la Liz Taylor de por
medio?. Eran películas sin pretensiones pero que el paso del tiempo las
mantiene lo suficientemente atractivas como para que las sigan viendo los
chicos en la actualidad. En Europa también quisieron hacer películas de
espadachines y de ese año recuerdo la de “Fan Fan La Tulipe”, con la Gina
Lollobrigida, que también era entretenida y ella estaba muy bien.
Además,
eran películas que a nadie engañaban, siempre se sabía quien era el bueno, el
que se llevaba a la chica y el malo, al primer golpe de vista ya estaba
identificado, no se si por ir de negro o por lo que sea, pero no te engañabas.
Además, había algo seguro, si sale George Sanders o Basil Rathbone (delgado,
con bigote y cara de mala leche), ese es el malo, aunque este último salía más
en las películas de “arcos y flechas”
(de la Edad Media).
Otro
género también olvidado, eran las películas “de piratas”, como “La isla de los corsarios”, con otra pelirroja de
espanto y sobre todo nos encantaba “El temible burlón”, de Burt Lancaster y “el
mudo” que era una especie de extra, amigo del protagonista cuando ambos se
dedicaban a trabajar en el circo con el trapecio (creo). Esta última es muy
recomendable para los nietos de 5 a12 años (los míos se divierten mucho con
ella), pues salen peleas “sin maldad”, persecuciones, se ríen y lo pasan pipa.
Y hablando del circo, también de ese año era “El mayor espectáculo del mundo”
con el Charlton Heston y un irreconocible James Stewart.
Otro
género sempiterno que siempre se ha mantenido vigente, era el de las películas
“del oeste”, no refiriéndome a las “de indios”, subgénero de las
anteriores, sino a las “de tiros”
Fue
el año de “Raíces profundas” (hay datos de que es del 52 y en otros sitios del
53, es lo mismo), película entretenida, aunque para mi un tanto sobrevalorada,
con su malísimo de negro (Jack Palance) que en cuanto se le veía la cara, ya se
sabía que era el problemático y con el actor que nunca se despeinaba por más
bofetadas que diera, (Alan Ladd y un buenísimo padre de familia (Van Helfin).
Luego, los estudiosos, hablaban de que entre el pistolero (Alan Ladd) y la
mujer del granjero había lío, incluso creo que alguno se atrevió a decir que el
pistolero era “gay”, es igual, nosotros sólo veíamos que, “el chico” se liaba a
tortas y tiros con los malos y luego se marchaba perdiéndose en el horizonte,
¿os acordáis?.
Ahora
bien, mención aparte merece Audie Murphy, que hizo películas del oeste como
churros durante unos 10 años y alguna que otra “de guerra”. No era actor, sino
que triunfó en el cine, como si hubiese salido del “Gran Hermano”, aprovechando
el tirón de haber sido el soldado más condecorado de la II Guerra Mundial. Era
bajito y con una cara de niño que no se la quitaba y siempre, siempre, salía de
bueno. Sus películas, ya os las podéis imaginar. Eran de esas que vista una, ya
has visto todas, llenas de tiros, malos y saliendo siempre triunfante.
Del
año que tratamos, “destaca” “Duelo en Silver Creek”, que con sólo leer el
título, ya sabes de que va y es como si la hubieses visto.
Películas
como “El día que paralizaron la Tierra” (posiblemente del 51) y “La guerra de
los mundos” (no equivocarse con la de Tom Cruise). Vamos que con sólo ver los
carteles de estas ya te puedes imaginar el nivel tecnológico de la época.
No
conviene olvidarse de dos obras maestras que el tiempo ha respetado y se pueden
volver a ver sin temor a aburrirse y además son toleradas y se pueden ver en
familia, como la excelente “El hombre tranquilo”, echada en el Ramiro, con John
Wayne en una de sus pocas películas buenas que no son de tiros y con peleas
magníficas y simpáticas, y personajes entrañables y como no, el encantador
musical de “Cantando bajo la lluvia”, pudiendo uno enrollándose en decir cosas
de ellas, pero lo mejor es volverlas a ver.
En
el capítulo de películas serias y por tanto alguna sería “para mayores”,
estaban “El salario del miedo” (posiblemente del 53) y “Operación Ciceron”.
Casi
se me olvidaba la de Marilyn, que no es seria, pero tenía que poner una suya,
“Me siento rejuvenecer”.
Y nos queda para el final, un par de películas entrañables, una que dio pie a que saliesen bastantes películas con los mismos personajes. La primera era “Don Camilo”, que era un colega de Portolés, Molinero, Guijarro y otros de la promoción, vamos que trataba de un cura de pueblo (encarnado por el francés Fernandel) que estaba siempre en lucha con el alcalde comunista y amigo que interpretaba Gino Cervi.
Por
último, la guinda, la mejor de todas y encima española, la inolvidable
“Bienvenido Mr Marshall” (según donde lo leas es del 52 o del 53), con ese
retrato de la época que vivimos todos esperando a los americanos con sus
“aigas” (yo era de los que salí a gritar “¡Ike!” -y no era el único- al
desmonte que existía entre la Avenida de América y mi casa, a ver pasa al
Eishenhower (para mi “Eisenhauer”) cuando vino a España.
Pues
bien, este era el cine de cuando entramos en el Ramiro, películas para el
recuerdo y que tristemente la gente joven no quiere ver por que son en blanco y
negro (de esta época tan sólo he podido convencer a mis hijos para que vean “El
quinteto de la muerte” –genial donde las haya- y en blanco y negro la de “Que
bello es vivir” –menos mal que tragaron con una sin colores- y todavía no he
desistido, en estos 2 últimos años dándoles la vara, para que vean “El tercer
hombre”, es una pena, pues no saben lo que se pierden).
Os
animo a que intentéis localizarlas, pues la mayor parte de estas son
entretenidas, sin complicaciones y se pueden ver en familia.
Espero
haberos entretenido y refrescado la memoria.
Moncho
Alba
Muy buena documentación, Moncho. Qué cantidad de buenos recuerdos!!!
ResponderEliminarMuchos abrazos
Es agradable ver que hay entre nosotros más chalados por el cine de los que hasta ahora nos habían aparecido. Algunas de las películas que cita Moncho me han puesto en marcha la máquina de recordar, aunque no estoy seguro de que con los mismos resultados. Por ejemplo, 'El Prisionero de Zenda' me ha hecho evocar al prototipo del malo magnífico, tan estupendo que ni siquiera perece (su inmortal 'el que huye y salva la vida puede volver a luchar otro día' me ha acompañado toda la vida). El Rupert von Hentzau que compone James Mason es la exégesis del malo que roba la peli al bueno, al punto que los espectadores con imaginación, y en eso los niños somos siempre los más peligrosos, deseábamos sin apenas disimular que se cargarse al soso guaperas y se cepillase a la chica (bastante venerable, por cierto) para después largarse con la caja, más o menos como un presidente de Bankia cualquiera.
ResponderEliminar'Raíces profundas' es otro caso de malo fantástico. Da casi pena que al espléndido Jack Palance se lo cargue el bueno (un acomplejado Alan Ladd que las pasaba canutas para hacer de héroe con el poco más de metro sesenta que medía), y también sorprende que éste suspire por Jean Arthur, una señora que veinte años antes de hacer la peli debió estar buena (y que, según supe años después, Monseñor Reig no habría dudado en intentar 'curarla'). Supongo que lo que nos hacía enamorarnos de la peli esta era el sentirnos dentro del niño que la contempla sin comprender muy bien qué pasa; eso y la música deben ser las razones de que no se nos haya borrado del todo del caletre.
De 'Solo ante el peligro' recuerdo mi incredulidad ante una Grace Kelly virginal y un Gary Cooper que podría ser su abuelo formando pareja. Años después supe que la divina Kelly no iba de virgen precisamente, y que Gary Cooper hasta casi el final de sus días (el cáncer de estómago le convenció de volverse muy creyente) explotó a conciencia una fama muy extendida en Hollywood, la de poseer un don que le habría envidiado el mismisimo Nacho Vidal. Dicen las crónicas golfas que la Kelly y el Cooper fueron algo más que pareja fílmica durante el rodaje de la película, a lo que sólo puedo decir que me alegraría mucho por los dos.
Audie Murphy no siempre hizo de bueno. En 'Los que no perdonan' hacía de hermano psicópata del superbueno (Burt Lancaster), con lo cual se quedaba sin catar a la virgen india (Audrey Hepburn). Recuerdo alguna otra donde se pasaba también al otro lado de la fuerza, y lo cierto era que lo hacía bastante bien. Fue una pena que dejara de fumar tan pronto.
(sigo)
ResponderEliminar'El Hombre Tranquilo' fue una peli extraordinaria (a mi entender, la mejor de John Ford), aunque con su historia secreta. Mr Ford, a la sazón de cincuenta y muchos, estaba chaveta perdido por Maureen O'Hara, un colosal pedazo de mujer irlandesa, lo cual se notaba en todo. Algunos dicen que sus avances prosperaron, y otros, ella la principal, que no, que ni de cogna. La tensión entre los dos se manifiesta en multitud de puntos a lo largo de la película, al punto que, según se murmura, los ensayos de las escenas, con Ford mostrando a Wayne cómo lo debía hacer, mosqueban cantidad a todo el mundo, aunque no a Mrs Ford, porque previamente su astuto esposo la despachó a los USA. Fuese como fuere, la película ha dejado historia; se filmó durante 10 semanas en un pueblecito del sur irlandés, Conga (en irish es Cong), que si hoy es una de las estrellas turísticas del país es gracias a la película. No sólo todo el pueblo fue el decorado de la película, sino que se conserva tal cual. Si amáis el cine no dejéis de ir por allí (y de hospedaros en el cojotel donde Mr Ford perseguía por los corredores a Mrs 0'Hara).
'El Salario del Miedo' no sé si calificaría para verla en compañía de nietos inocentes (supuesto que tal cosa exista hoy en día), pues comienza en una casa de putas tropical con un protagonista sumamente guarro y borracho de caerse, y desde ahí evoluciona a muchísimo peor. El doblaje español no se cómo será, pero en el francés original se habla como hablan los mercenarios borrachos en la selva cuando conducen camiones de nitroglicerina (estoy convencido de que ningún nieto decente dejaría de aplaudir). En cualquier caso es una película magnífica. Fue de las primeras no toleradas que vi en mi niñez, y de las que mejor recuerdo.
Las otras también las he visto (sin dejar ni una), pero no me dejaron la misma huella. Debo explicar que ya desde pequeñito las que más me gustaban eran esas donde el malo se cargaba al bueno y la chica se liaba con el caballo.
Cada uno es cada uno.
Alfonso el Cinéfilo
Pero... ¿han puesto todas esas películas en el Ramiro? Pues mira que debía estar despistado.- Creo que las he visto todas,pero en los cines Narváez, Salamanca, Ibiza, etc etc.
ResponderEliminar¡Pues vaya que había cines en nuestros tiempos! Y no queda ni uno, como no sea en la Gran Vía... o los de arte y ensayo, que cuando empezaron significaba "otra cosa".
Enhorabuena por la extensa documentación; no te comento las pelis, pues ya lo han hecho otros y yo tengo a la mayoría en el buzón de los recuerdos lejanos y difusos. Pero de una cosa estoy seguro: no había confusiones entre "buenos" y "malos", como dices. Más tarde, la moda o la revancha, ha hecho que lo interesante fuese difuminar cuanto más mejor los bordes entre unos y otros. Y los niños se deben hacer la .. eso... un lío. Pero como hoy en día ya no ven cine sino que le dan a las pantallas pequeñas en vez de a las grandes, pues... a lo mejor ni les afecta.
Creo que debemos asistir a cursos especiales para entender a los nietos...